Quienes apoyan a las corporaciones sostienen que el gas natural (metano) es el combustible fósil “menos sucio”, y aun hoy se considera que es un “combustible puente” que puede usarse como alternativa limpia al carbón y el petróleo. Sin embargo, la evidencia de fugas de metano a lo largo de toda la cadena de producción, desde el pozo hasta la combustión, demuestra la manera en que el gas natural está contribuyendo al cambio climático. Además, aún si las fugas de gas no fueran una realidad, el gas natural ha dejado de ser más barato que la energía eólica y solar, que aguardan del otro lado del puente.[1] Como la industria se encuentra bajo una presión continua de los grupos de justicia ambiental, la diversidad de soluciones falsas para el gas natural se está ampliando e intensificando.
El gas natural está lleno de contradicciones, empezando por el nombre. La industria usa una técnica de extracción extrema llamada fracturación hidráulica, o “fracking”, con la que una mezcla tóxica de agua, arena y productos químicos es inyectada bajo tierra a altas presiones para liberar el gas y el petróleo atrapados en las formaciones geológicas. Al mismo tiempo, en los yacimientos donde se extrae petróleo crudo mediante la tecnología del fracking, como la cuenca de Bakken en Dakota del Norte, con vastas consecuencias para la vida y el sustento de los pueblos indígenas; el gas natural excedente se quema en el sitio de la extracción.[2] Las consecuencias de las perforaciones y el fracking para las comunidades incluyen: daños a la salud de quienes viven cerca de pozos y estaciones de compresión; agua, aire y suelo contaminados; terremotos inducidos; caminos bloqueados y dañados; desaparición y muerte de mujeres indígenas a causa del asentamiento temporal de los llamados, “campos de hombres”, grupos de trabajadores compuestos en su mayoría de varones; y otras consecuencias nefastas de una economía de auges y caídas.
Para exportar gas natural hacen falta gasoductos e infraestructura portuaria. Los gasoductos pueden tener fugas, pueden prenderse fuego o explotar; además, es normal que las empresas reciban derechos de expropiación sobre las tierras para colocar gasoductos en territorios indígenas, patios, granjas, lugares sagrados y en cercanías de escuelas, sin importar las objeciones de las comunidades. Antes de exportarlo, el gas debe comprimirse como gas natural licuado (GNL) , un proceso peligroso que se realiza en instalaciones portuarias. El GNL es metano comprimido y enfriado a temperatura muy baja que puede enviarse a otros países por vía marítima en tanques gigantes. El transporte de gas natural a otros países puede constituir hasta el 21% de sus emisiones de gases de efecto invernadero.[3]
Otra amenaza creciente para el clima y la salud de las comunidades proviene de la venta del componente “húmedo” (el gas natural es principalmente metano, pero incluye sustancias a las cuales se las llama gas húmedo) o gas de fracking, que va a las plantas petroquímicas para la fabricación de plástico descartable. [4] Además de la enorme carga de emisiones de gases de efecto invernadero, las instalaciones petroquímicas que producen plástico (por ejemplo, las centrales de craqueo de etano) liberan en el aire cantidades enormes de contaminantes peligrosos, partículas en suspensión, benceno, tolueno y otras toxinas. Todo esto se suma a la cantidad de consecuencias negativas para la salud y el medioambiente de la perforación, el fracking, el transporte y los desechos vinculados a la producción del plástico.
Los “combustibles puente” son solo combustibles fáciles
La mayoría de los plásticos están hechos para ser descartables, se encuentran en todos los ámbitos de nuestra vida y el daño que producen dura siglos. Los microplásticos se encuentran en la mayoría de los suministros de agua corriente, a lo largo de todos los océanos en nuestra comida y nuestro cuerpo. Según estudios recientes, comemos y bebemos una cantidad de plástico equivalente a una tarjeta de crédito todas las semanas.[5] Además de los hidrocarburos, utilizados para formular la resina, los plásticos contienen varios metales pesados y ftalatos, sustancias que se ha demostrado que son cancerígenas y alteradores endocrinos. La contaminación del plástico también constituye una grave amenaza para los ecosistemas oceánicos, pues se generan enormes masas arremolinadas de plástico en todos los océanos del mundo, como la Gran Isla de Basura del Pacífico.[6] Si bien el plástico representa menos del 8% del uso mundial del petróleo,[7] y pese a que la población rechaza cada vez más el plástico descartable, las grandes empresas petroleras apuntan al plástico como la mayor fuente de demanda en los años venideros, e invierte miles de millones para garantizar su crecimiento.
Una nueva forma de lavado verde para las industrias del petróleo y el gas es el hidrógeno, que se promociona muchísimo como fuente de energía limpia (ver Hidrógeno).
Sin embargo, para crear hidrógeno en su forma pura en la Tierra es necesario usar tanta energía como la que produce. Con una táctica engañosa, los promotores del hidrógeno hablan de producir “hidrógeno verde” a través de “energía renovable”, “hidrógeno gris” derivado de la quema de combustibles fósiles, e “hidrógeno azul”, que implica capturar y almacenar las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de la producción (ver Hidrógeno y Captura de carbono). No obstante, el hidrógeno se produce normalmente a partir del gas natural, lo cual le da a la industria otra excusa para seguir perforando y lucrándose.[8]
En suma, cuando se analizan las causas del cambio climático, las emisiones del metano son sumamente perjudiciales. En comparación con el CO2, el metano es aproximadamente 86 veces más potente en cuanto a los efectos inmediatos, pero tarda unos doce años en desaparecer de la atmósfera, mientras que parte del CO2 que se emite en la actualidad seguirá siendo agente del cambio climático durante siglos.[9] Sin embargo, en este momento nos encontramos ante un punto de inflexión clave. No podemos soportar el costo de seguir emitiendo metano en este momento, ni las consecuencias para el medioambiente y la justicia climática que siguen provocando desde la extracción, hasta el transporte y los plásticos.
Energy Justice Network: energyjustice.net/naturalgas
Indigenous Environmental Network: ienearth.org
- Stockman, L. (2019). Burning the gas ‘bridge fuel’ myth: Why gas is not clean, cheap, or necessary [Quemar el mito del gas como ‘combustible puente’. Por qué el gas no es limpio, barato ni necesario]. Oil Change International. http://priceofoil.org/2019/05/30/gas-is-not-a-bridge-fuel/
- Schade, G.W. (29 de julio de 2020). Routine gas flaring is wasteful, polluting and unmeasured [La quema de gas genera desechos, contaminación y no está regulada]. The Conversation. https://theconversation.com/routine-gas-flaring-is-wasteful-polluting-and-undermeasured-139956
- Swanson, C., & Levin, A. (2020). Sailing to nowhere: Liquefied natural gas is not an effective climate strategy [Navegando hacia la nada: el gas natural licuado no es una estrategia climática efectiva]. Natural Resources Defense Council. https://nrdc.org/sites/default/files/sailing-nowhere-liquefied-natural-gas-report.pdf
- Kelly, (28 de octubre de 2018). Why plans to turn America’s rust belt into a new plastics belt are bad news for the climate [Por qué los planes para convertir el cinturón de óxido de Estados Unidos en un cinturón de plástico es una mala noticia para el clima]. Desmog. https://desmogblog.com/2018/10/28/petrochemical-industry-america-rust-belt-plastics-fracking-climate
- Dalberg Advisors, de Wit, W. y Bigaud, N. (2019). No plastic in nature: Assessing plastic ingestion from nature to people [Basta de plásticos en la naturaleza. Evaluación de la ingestión de plásticos en la naturaleza]. WWF. https://awsassets.panda.org/downloads/plastic_ingestion_press_singles.pdf
- Lebreton, L., Slat, B., Ferrari, F., Sainte-Rose, , Aitken, J., Marthouse, R., Hajbane, S., Cunsolo, S., Schwarz, A., Leviver, A., Noble, K., Debeljak, P., Maral, H., Schoeneich-Argent, R., Brambini, R. y Reisser, J. (2018). Evidence that the Great Pacific Garbage Patch is rapidly accumulating plastic [Evidencias de que la Gran Isla de Basura del Pácífico está acumulando plástico rápidamente]. Informes científicos, 8(1), 1-15. https://doi.org/10.1038/s41598-018-22939-w
- Foro Económico Mundial. (2016). The New Plastics Economy: Rethinking the future of plastics [La nueva economía del plástico. Repensar el futuro del plástico]. https://wweforum.org/reports/the-new-plastics-economy-rethinking-the-future-of-plastics
- Kalamaras, C. M. y Efstathiou, A. M. (2013). Hydrogen production technologies: current state and future developments [Tecnologías de producción de hidrógeno: estado actual y desarrollos futuros] Conference Papers in Science, 2013. https://doi.org/10.1155/2013/690627
- IEA (2020). Methane Tracker 2020 [Informe sobre el metano, 2020]. International Energy Association. Último acceso: 2 de julio de 2021: https://iea.org/reports/methane-tracker-2020