El hidrógeno se publicita enormemente como una fuente de energía limpia. No obstante, ni siquiera es una fuente energética. No puede minarse ni obtenerse sin extraerle los hidrocarburos. En Estados Unidos, el 95% del hidrógeno se produce a partir del gas natural, un combustible fósil. [1]Los esquemas para hacer hidrógeno a partir de carbón, petróleo, biomasa, gas de rellenos sanitarios e incluso a partir de energía nuclear amenazan con vincular la producción de hidrógeno a otras fuentes de energía sucia. Una vez producido, el hidrógeno se coloca en una pila de combustible que usa un catalizador para acelerar una reacción química entre el hidrógeno y el oxígeno, y generar electricidad y calor mientras el hidrógeno y el oxígeno se convierten en agua.
Para obtener hidrógeno hace falta energía. El hidrógeno puede producirse a partir de la electrólisis del agua, que es una fuente de energía tan limpia como la que se usa para obtener electricidad. En este proceso, el hidrógeno se usa esencialmente como una batería para almacenar la energía eléctrica y usarla posteriormente, cuando el hidrógeno vuelve a convertirse en agua en una pila de combustible. A causa de las grandes pérdidas de energía en la conversión, se requiere más energía de la que se obtiene. Solo tendría sentido recurrir al proceso de electrólisis de agua para hacer hidrógeno si no pudiera usarse la electricidad directamente y fuera necesario almacenarla.
Los problemas de logística que produce el almacenamiento de hidrógeno hacen que sea muy poco práctico transportar esta sustancia, pues es necesario licuarla, comprimirla o almacenarla en un hidruro de metal, lo cual exige mucho especio, produce fugas y es muy pesado. Con los avances en la tecnología de baterías, es improbable que los vehículos de hidrógeno sean una solución seria para los sistemas de transporte del futuro. Estos sistemas requerirían largos tramos de hidroductos y sistemas de distribución, a menos que todo el hidrógeno se produzca en el lugar. El hidrógeno endurece y vuelve quebradizos los caños y las soldaduras, lo cual produce incendios peligrosos y riesgos de explosión. Por otra parte, las llamas del hidrógeno son invisibles, lo cual lo vuelve más peligroso si quiere destinarse al uso diario entre consumidores como combustible de vehículos.[2]
Puede haber situaciones en las que tendría sentido usar hidrógeno como estrategia de almacenamiento de energía estacionaria conectada a una red cuando hay un sobrante de energía eólica y solar para electrolizar agua. Sin embargo, el transporte y la extracción de hidrógeno de hidrocarburos no son más que soluciones falsas.
Energy Justice Network:
energyjustice.net/hydrogen
- Departamento de Energía de los Estados Unidos (s.) Hydrogen production: Natural gas reforming [Producción de hidrógeno: gas natural reformado] https://energy.gov/eere/fuelcells/hydrogen-production-natural-gas-reforming
- Romm, J. (2004). The hype about hydrogen: Fact and fiction in the race to save the climate [La moda del hidrógeno: realidad y ficción en la carrera para salvar el clima]. Island Press.